“La situación referente al ornato de Chiquimula siempre ha sido un calvario para ciudadanos y funcionarios públicos”.
Debido a ciertas complicaciones entre el gobierno local y la ciudadanía en general en el tema del ornato en Chiquimula, la población se ha visto en la “necesidad” de crear basureros clandestinos, sin importar su ubicación o el daño que pueden causar. Uno de estos lugares de deshechos se ha formado es a un costado del Centro Universitario de Oriente (CUNORI), en el cual las autoridades del referido establecimiento han tenido que darse a la tarea de limpiar y aún así, la gente no ha colaborado y las autoridades del municipio no han tomado medidas.
Pésima Primera Impresión
“La distancia se acorta ante la emoción, he pasado tanto tiempo lejos de mi tierra que ya no puedo esperar por sentir su calor otra vez. Imagino cuánto habrá crecido, cuánto habrá cambiado, todo lo que ha pasado en mi Perla de Oriente. Mis expectativas se arruinan cuando al divisar la ciudad una gran nube de humo interrumpe mi añoranza y un sucio malestar invade mi conciencia, que inconveniente forma de encontrarme con Chiquimula, que pésima primera impresión”, comenta Carlos Landaverry en su muro de facebook
¿Problema sin Solución?
Anteriormente el basurero municipal se encontraba en la ruta a la aldea El Jute, a espaldas de la ciudad. No obstante se hicieron estudios que indicaban que dicho basurero contaminaba depósitos internos de agua dulce, además de acumularse sin medida hasta llegar a la cinta asfáltica.
Distintas formas de aliviar el malestar ciudadano han sido puestas en práctica, sin embargo la Perla de Oriente cuenta con pocas opciones en su geografía que le permitan enfrentar el problema con una eficacia sustentable.
Edgar Noriega, de la Procuraduría de los Derechos Humanos expresa: “Al cambiar nuevamente la ubicación del basurero la Municipalidad se ve encerrada sin soluciones. Debe tomarse el tema con seriedad y como funcionarios públicos hacer aquello para lo que fuimos electos”.
Conciencia Ciudadana Desechable
Solucionar el problema que los basureros clandestinos y municipales suponen no depende únicamente de la iniciativa de las autoridades sino de cada ciudadano particular que hace uso de espacios públicos y que tiene como deber cuidar el ornato local.
El Director del Área de Salud Luis Chacón afirma que “es penoso que exista poca o casi nula conciencia ciudadana. Todos queremos que la ciudad este limpia, pero no todos colaboramos para que eso suceda. La salud es un derecho pero cuidarla es un deber de todos”.
Los basureros se propagan paralelamente al incremento de la población, de tal manera que muchas áreas de la cabecera tienen sus propios depósitos alternos. Varias personas se niegan a hacer uso de los trenes de aseo por lo cual dejan sus deshechos a la intemperie.
Áreas Contaminadas
El centro de la ciudad cuenta con un basurero municipal que carece de los cuidados sanitarios pertinentes. Existen también depósitos clandestinos, principalmente en las áreas de mayor comercio, mercado central, terminal de buses, a un costado del Centro Universitario de Oriente (CUNORI) y en las afueras de la Gobernación Departamental.
“Para crear una solución adecuada deben reunirse instituciones de gobierno, comités ciudadanos y varias ONG que contribuyan al dialogo y establezcan estrategias idóneas a la situación actual”, concluye Chacón.
A Escala
Aparentemente un papel tirado en la calle no representa mayor grado de contaminación sin embargo si se piensa en cifras…
Los trenes de aseo realizan aproximadamente nueve viajes diarios al basurero municipal. Esto se transforma en 63 depósitos semanales, lo cual constituye 270 mensuales. Al año se llevan a cabo 3,240 descargas de basura que en un 75% son deshechos artificiales como plástico, fibra de vidrio o químicos.